Los cultivos de cereales y oleaginosas constituyen el principal rubro de las exportaciones de Argentina. Su producción se concentra en la Región Pampeana, donde la combinación de climas benignos y suelos fértiles han proporcionado ventajas comparativas para las actividades agrícolas, cuyos niveles de producción se encuentran entre los más altos del mundo. Sin embargo y a pesar de estas buenas cualidades, tanto la variabilidad climática como la oferta de nutrientes son los principales factores condicionantes de la productividad de los cultivos. Esto se relaciona con que el clima de la región es mesotérmico y húmedo, pero con alta variabilidad intra e interanual y con que en la actualidad más de la mitad de los suelos de la Región Pampeana poseen niveles de nutrientes deficitarios para el óptimo crecimiento de los cultivos. Por este motivo, las actividades agrícolas no pueden prescindir de la fertilización para mantener la oferta de nutrientes en niveles compatibles con las necesidades de los cultivos. Esta práctica debe enmarcarse en un contexto de preservación del medio ambiente, habida cuenta de los riesgos ambientales que implica. En este plan se propone abordar el rol de la fertilización en la resiliencia y en el impacto ambiental de la agricultura el Norte de la Región Pampeana. Los objetivos son: i) determinar si las diferentes estrategias de fertilización modifican la resiliencia de los rendimientos de maíz, trigo y soja y permiten atenuar los efectos de la variabilidad climática; y ii) estudiar el impacto ambiental de las prácticas de fertilización y la producción de cultivos mediante un enfoque integral. El trabajo se centrará en experimentos de fertilización de largo plazo que están llevando a cabo los grupos CREA del Sur de Santa Fé que incluyen los principales cultivos extensivos de la región: trigo, maíz y soja.